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Tipos de Padres

El hecho de que sus hijos quieren un poco más de distancia durante la adolescencia no significa que su papel como guía ha terminado. Es, al contrario, el momento crucial dónde su manera de interactuar con sus hijos va a moldear el tipo de relación que tendrán en la adultez.
Los adolescentes necesitan desarrollar progresivamente su autonomía. Es normal que prefieren estar con sus amigos más que con sus padres. Por lo tanto, mantener un equilibrio justo entre estar DEMASIADO CERCA de sus jóvenes (lo que perciben como intrusivos) y ser DEMASIADO DISTANTE (lo que consideran como abandono), se vuelve una tarea muy difícil para los padres.
El típico adolescente tiende a presentar demandas contradictorias: exige que lo dejan vivir nuevas experiencias pero al mismo tiempo, no quiere dejar de una vez el bienestar que sus padres le traen. Resolver este dilema no es tarea fácil. Los padres necesitan escuchar constantemente, estar siempre al tanto y adaptarse rápidamente a los frecuentes cambios que viven sus hijos.
Para disminuir los riesgos de volverse un enemigo en la vida de su hijo, lo primordial es analizar su tipo de relación como padre:
El Supeprotector (el autoritario)
Algunos padres actúan como supervisores o policías cuando interactúan con su adolescente. En otras palabras, no lo dejan participar a actividades en las que ellos no participan. Ellos creen que los jóvenes deben ser monitoreados constantemente y les prohíben participar en actividades que consideran “cuestionables” (que suelen ser para ellos, la gran mayoría de las actividades preferidas de los adolescentes). Establecen reglas claras y castigos por romper las reglas y demuestran poca flexibilidad para conceder a deseos o peticiones de los jóvenes. Según ellos, pueden evitar problemas potenciales imponiendo reglas estrictas y disciplina excesiva.
El Amigo (el permisivo)
El opuesto del precedente, el “amigo” son los padres demasiado complacientes, distantes o desconectados. Creen que los jóvenes tienen la edad suficiente para tomar sus propias decisiones. Están convencidos de que no importa lo que digan o hagan, los jóvenes tendrán problemas de todo modo. Entonces ¿por qué discutir innecesariamente? ¿Cómo van a aprender si no lo hacen? Según ellos, los jóvenes aprenden lecciones importantes cuando experimentan las consecuencias de sus elecciones, cualquier sean. Suelen tener como lema: "¡Hice tal y tal cosa cuando era joven y no morí!"
El Entrenador (el supervisor)
Ni el sobreprotector ni el amigo usan métodos efectivos porque no logran crear un equilibrio entre firmeza y sensibilidad. El entrenador, sin embargo, sabe que los jóvenes de hoy benefician de discusiones abiertas sobre las presiones y las elecciones que enfrentan. Buscan cultivar una relación de amor y confianza con su hijo, sin temor a ser firme cuando las circunstancias lo requieren. Ofrecen información actualizada, consejos basados en la experiencia y conocimiento de posibles problemas que puedan surgir de actividades riesgosas, en lugar de usar amenazas y tácticas alarmantes. El no siempre dice “no”, pero tampoco siempre dice “sí”. Estudian cuidadosamente cada solicitud y actividad y luego toman su decisión. El padre supervisor, reconoce la importancia de la coherencia y la comunicación clara de las expectativas.
Ustedes son una fuente importante de influencia para su adolescente a través de sus palabras, sus actitudes, su comportamiento y su forma de ver la vida. En particular, la ejemplaridad.
Es una forma efectiva de establecer la legitimidad de sus consejos y reglas de disciplina. Por lo tanto, deben comportarse de acuerdo con lo que le enseñan a sus hijos. Por supuesto, su hijo ya no le imita como lo hacía cuando tenía tres años pero sigue observando y evalúa como actúan. Con el tiempo, incluso pueden adoptar (quizás inconscientemente) muchos de sus valores, actitudes y comportamientos.
Hay que aceptar la realidad de que no pueden ser padres perfectos. Incluso, ¡sería fatal creer que es posible! Estarían demasiado seguros de si-mismo y muy estricto en su actitud.
Un buen padre para un adolescente significa aceptar cometer errores de vez en cuando. Cuando tienen la culpa, es mejor simplemente admitirlo al adolescente diciéndole, por ejemplo, “Trato de hacer lo mejor por tu bien. Pero cometí un error y lo admito…”A los ojos de su hijo, se convierte en un ser humano que hace esfuerzos sin ser perfecto, como él.
Lo más importante es reconocer nuestros diferentes miedos (miedo a parecer un padre incompetente, miedo a ser vulnerable frente a nuestros hijos…) Solo así pueden tomar las medidas que les permitirán guiar adecuadamente a sus adolescentes.
Traten de tener una perspectiva a largo plazo en la relación con su hijo. Es lo más importante para atravesar los momentos difíciles. La adolescencia es solo una transición necesaria hacia la edad adulta. Esta fase terminara un día y luego se convertirán en el padre de un adulto con él que habrán mantenido una buena relación.
“La adolescencia debe regirse por la razón, no por la fuerza.”
Publilius (siglo Iero A.C.)
Lic. Pascale Anacreon